"Auxilios ... socorros"
Hace tiempo que viajo con una piedra en el bolsillo
hace rato que mis manos son volteretas de ansiedad
desde niño he soñado con las máscaras blancas de mis padres
hasta el día de hoy que tengo necesidad de explotar.
Como arenero, rey de los sueños,
que con sus ropajes de encantamiento duerme y viaja entre los muertos,
he necesitado volverme alquitrán y mutar a escudo protector,
sin que nadie lo entienda,
sin que nadie atienda,
sin que nadie escuche,
sin que nadie lo tome en cuenta.
He elevado la plegaria al palacio de los sabios ruiseñores
y me han contestado como suplica diciendo:
¡¡También queremos que el mundo acabe!!
pero falta el tiempo para que los sabios mueran!!
Acuéstate y espera el fin.
Con ganas de abismo y melancolía,
he vuelto a mis valles quemados por el placer.
¿Soy infortunio y melodrama inventado por mi mismo,
por los papis,
por el dragón escarlata,
por las estatuas inertes,
por los caóticos
y por mi niña de colores?
Parece que guardaré mi vida para el incestuoso final incoherente,
yendo a la fiesta del circo, donde cantan:
"El ángel de la muerte no tiene sentimientos,
el ángel de la muerte es figura tricolor"
Oh Viejo Hombre arenero que con tus manos dibujas los sueños,
y entre tus facultades tiene el poder del sueño eterno,
¿porqué no pasas tus manos y me llevas al olvido?
pero que el olvido sea bonito, fugaz e incomprendido.
Hace tiempo que estoy buscando la forma de decir esto,
pero tu mente de cobre no lo entiende...
Hace tiempo que estoy tratando de no explotar en sus caras,
pero tu lengua como resorte me hace acabar en llanto...
Hace tiempo que he tratado de que crean que mi agonía es cierta,
pero todos son payasos que creen que el mundo es un color amarillo.
Hace tiempo que estoy pidiendo de tu auxilio y tu socorro,
pero sólo el Eterno me ha abofeteado en la cara.
He salido de un asesinato, de una golpiza, de un castigo,
de una sentencia, de un llanto, de una humillación y de un coma.
¿Podré salir de este susurro de muerte?
Nadie lo escucha, nadie lo quiere y nadie lo comprende.
Todos los inertes, como palafitos endebles,
me llaman en retrato "el dramático".
Todos me han golpeado, sodomizado, escupido, burlado,
destruido hasta llevarle a la morgue.
A nadie le importa al final; pues yo he sido el verdugo y el mal niño,
a quién el oscuro padre va a castigar.
¡¡Infelices!!
No han querido prestar oídos a mi aullido de desprecio y profunda pena;
ellos no se han dado cuenta que el mundo en unos pocos días ya se va a acabar.
¡¡No quiero seguir caminando, no quiero seguir caminando!!
Con ojos de pena y mojados de angustia,
te voy a contar el secreto escondido
de la ciudad de Jur (cercana a Tar).
Allí he conocido lo neurótico de los ojos,
la felicidad de los arcanos,
y la calzada de los muertos;
donde anida mi enemigo mas férreo llamado Belsasar:
guardián de las llaves de la vida de bromas.
Hay que quitarle las llaves para así acceder a la vida anti-paradójica,
a la vida de verdad,
a la vida que no es de sueños,
a la vida secreta que he imaginado en los atardeceres.
Yendo a Jur y arrebatando las llaves,
podremos marchar con estandarte hacia la vida verdadera,
hacia mi utopía prometida, hacia el sol que no quema.
Podremos ir a la vida que jamás ha sido una broma.
Ni buena ni mala.
Allá todo es libertad y goce en demasía.
Erick Rodríguez A.
Próximamente: Música disponible en "Los viajes al mundo de Erick".
