La mujer es la diosa, orgásmica en perfección,
con su saya cósmica esconde su secreto,
como sirena negra llama con su canto
y en sus redentoras alas
sólo encuentro su cenit griego.
Sus entrañas y sus ruidos relámpagos
son como convulsiones y voces placenteras,
que en sus ojos gallardos se vuelven cielos íntimos,
bañándose de las aguas de círculos atómicos.
Y quiero comer en desespero,
sus tatuajes de seda y su piel áspera de espasmos,
deambular en su boca que es el clímax dionisíaco,
beber de su vino que es forjado de la gloria.
La mujer es la sensibilidad, intuitiva hasta la culminación,
su figura es un trazo de astros siderales,
su unión excelsa es de cuerpos olímpicos,
de su alma salen los suspiros clarividentes.
Mujer Calíope, ninfa épica de elocuencias y armonías,
que como madre de poeta se vuelve estatuaria,
y en su plenitud de explosiones que surcan los cielos
sus ojos esconden el cofre velado.
Su flor se abre como sendero vertiginoso,
se aprietan sus gemidos en su pompa lujosa
en estrépito rojo es figura indomable,
controla mis sentidos y los vuelves viciosos.
Erick Rodríguez A.
Les dejo "Pandora" de Cocteau Twins del álbum Treasure (1984)
