jueves, 1 de agosto de 2013

"Pupila de cuerpo y callejón"

Me envenenaste la mente con tu sexo impuro,
con tus piernas descarriadas y lánguidas de orgasmos;
me hiciste tuyo
me diste la muerte
me hiciste recorrer el mundo en forma sórdida.
Recorrí parajes y llanos de tu mano,
pero al llegar al desfiladero soltaste mi brazo...
¡¡Te perdiste, te moriste, te pudriste!!
Eres una hermosa flor de muerte,
pues tus hojas son puñales
y tu tallo venenoso.

¿que pasó con las noches verdes?
fueron tu relámpago y tu codicia;
como bajeza
como vagina sangrienta
como tristeza
como sombra te escondiste
y desde ahí me mataste.

Te amo con frío, con dolor y con defunción;
¿hasta cuando tengo que amarte?
¿hasta explotar?
¿hasta quedar lánguido?
¿hasta autodestruirme?
Firmaste en el juicio de mi existencia una pena de muerte;
tu juez fue tu dios disminuido
tu creencia falsa;
pues de oscuridad me llenaste
atezado me dejaste.