viernes, 27 de enero de 2012

Cuando al río lleguen...

 

Cuando al río lleguen los amores perdidos,
miraré con locura tu vestido azul.

Cuando al río lleguen los cariños pasados,
me daré cuenta que conmigo tú ya no estás.

Cuando al río lleguen tus quejidos amorosos,
me volveré un loco y no querré vivir más.

Cuando al río lleguen las cartas del pasado,
podré ver las señales de tu olvido fugaz.

Cuando al río lleguen noticias que estás con el hombre que supongo,
ya me daré cuenta que de este mundo me he de marchar.

Cuando al río llegue aquel inesperado silencio,
sabré que llego el día que tu amor se olvidó de mí.

Erick Rodríguez A.

"Gente"




Caminan amordazados bajo el amparo del juicio,
en la sumisión de lo ingente;
en el vacío,
entre las rocas de acero, del pavimento;
sus pisadas no son más que niebla pura.

¡Gentes!!
Que se mueven; con varias pupilas y varias mentes;
caen como crepúsculos breves y enmudecidos,
cuelgan sus himnos mortuorios como locos enajenados,
evocando desesperanzados sus aceros implacables,

Destilando sus cuerpos rotos,
hieden a olores gastados,
y con sus caras amargas forjan su propio túmulo de hierro.
Queriendo vivir en vacíos, construyen su propia agonía,
y en oquedad decidora se vuelven como pequeñas muertes.

¡¡Hay colores!!
Los veo; juegan con mi sonrisa,
Tormentosos, placenteros,
como una niebla expandida en el firmamento;
pero como son velos de villanas ilusiones,
se tornan insignificantes en sus mundos ya desbastados.
Hombres pájaros veo volar intrascendentes:
como acéfalos se visten en togas enlutadas,
y pasando con harapos de oxidadas armaduras,
sus muecas infantiles mastican mi corazón plateado. 


Erick Rodríguez A.