Caminan amordazados bajo el amparo del juicio,
en la sumisión de lo ingente;
en el vacío,
entre las rocas de acero, del pavimento;
sus pisadas no son más
que niebla pura.
¡Gentes!!
Que se mueven; con varias pupilas y varias mentes;
caen como crepúsculos breves y enmudecidos,
cuelgan sus himnos mortuorios como locos enajenados,
evocando desesperanzados sus aceros
implacables,
Destilando sus cuerpos rotos,
hieden a olores gastados,
y con sus caras amargas forjan su propio túmulo de hierro.
Queriendo vivir en vacíos, construyen su propia agonía,
y en oquedad decidora se vuelven como pequeñas muertes.
¡¡Hay colores!!
Los veo; juegan con mi sonrisa,
Tormentosos, placenteros,
como una niebla expandida en el firmamento;
pero como son velos de villanas ilusiones,
se tornan insignificantes en sus mundos ya desbastados.
Hombres pájaros veo volar intrascendentes:
como acéfalos se visten en togas enlutadas,
y pasando con harapos de oxidadas armaduras,
sus muecas infantiles mastican
mi corazón plateado.
Erick Rodríguez A.
Erick Rodríguez A.
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